El panorama que se descubre al intentar discutir en los tiempos que corren sobre la soberanía, observada desde distintas posiciones, diferentes disciplinas y distantes atalayas —o sea, desde y sobre Europa o desde y sobre Latinoamérica— muestra un conjunto de aspectos que siguen interesando al derecho y a la política. Ciertamente, los intereses que despiertan no son los mismos de los albores de ambas disciplinas. No obstante, la discusión sobre la soberanía sigue orientada por la idea de pacificación, hoy quizá como ayer o, tal vez, más que ayer, a la luz de las consecuencias provocadas desde el fin de la segunda gran guerra. Mientras parece alejarse del horizonte de las instituciones de la política, se convierte en un nuevo objeto de deseo, a menudo escondido y a veces inconfesado. Se descompone, se despedaza y se reconstituye en nuevos lugares. Una soberanía electrónica, globalizante, sin fronteras nacionales, parece crecer y amenazar la libertad. Mas, al mismo tiempo, la tecnología puede ser el instrumento útil para ampliar la soberanía popular y hacerla, quizá, menos impotente. La soberanía se retira de los lugares centrales de la decisión y se transforma en instrumento de emancipación; deviene lugar de reivindicación de autonomías y desigualdades que permiten redescubrir lo que habría podido ser. La soberanía sobre las decisiones de pueblos enteros y, cosa más inquietante, la necesaria soberanía de cada uno sobre su propio cuerpo, ya colonizado con tecnologías impuestas por las necesidades cada vez más fuertes de protagonismo, marcan nuevos desafíos e imponen cambios de lenguaje.
Resta, E., Bergalli, R. (1996). Soberanía: un principio que se derrumba : aspectos metodológicos y jurídico-políticos.
Soberanía: un principio que se derrumba : aspectos metodológicos y jurídico-políticos
RESTA, ELIGIO;
1996-01-01
Abstract
El panorama que se descubre al intentar discutir en los tiempos que corren sobre la soberanía, observada desde distintas posiciones, diferentes disciplinas y distantes atalayas —o sea, desde y sobre Europa o desde y sobre Latinoamérica— muestra un conjunto de aspectos que siguen interesando al derecho y a la política. Ciertamente, los intereses que despiertan no son los mismos de los albores de ambas disciplinas. No obstante, la discusión sobre la soberanía sigue orientada por la idea de pacificación, hoy quizá como ayer o, tal vez, más que ayer, a la luz de las consecuencias provocadas desde el fin de la segunda gran guerra. Mientras parece alejarse del horizonte de las instituciones de la política, se convierte en un nuevo objeto de deseo, a menudo escondido y a veces inconfesado. Se descompone, se despedaza y se reconstituye en nuevos lugares. Una soberanía electrónica, globalizante, sin fronteras nacionales, parece crecer y amenazar la libertad. Mas, al mismo tiempo, la tecnología puede ser el instrumento útil para ampliar la soberanía popular y hacerla, quizá, menos impotente. La soberanía se retira de los lugares centrales de la decisión y se transforma en instrumento de emancipación; deviene lugar de reivindicación de autonomías y desigualdades que permiten redescubrir lo que habría podido ser. La soberanía sobre las decisiones de pueblos enteros y, cosa más inquietante, la necesaria soberanía de cada uno sobre su propio cuerpo, ya colonizado con tecnologías impuestas por las necesidades cada vez más fuertes de protagonismo, marcan nuevos desafíos e imponen cambios de lenguaje.I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.